No hay razón para que tu vida social se detenga por completo debido a que tienes hijos. Dicho esto, todos hemos estado en el lado equivocado de una salida con bebé mal planificada: algunos padres deciden olvidar que hay niñeras y llevan a su pequeño llorón al cine, para consternación de la audiencia; y posiblemente del bebé mismo.
La verdad es que, si quieres disfrutar un evento o experiencia para adultos, en realidad no podrás hacerlo si estás cuidando a tu bebé, y tampoco lo harán aquellos que te rodean. Aprendí esto después de llevar a mi pequeño de tres meses a la recepción de la boda de una prima. Mi intuición me decía que lo dejara en casa, pero sus orgullosos abuelos me insistieron que lo llevara. Pasé casi toda la noche en el lobby; la música fuerte, el cambio de rutina y el trajecito incómodo -aunque adorable- fueron perfectos para un bebé molesto.
Ahora disfruto lo mejor de ambos mundos—hacer cosas divertidas y tener a mis hijos junto a mí—siguiendo algunas reglas básicas.
Elige restaurantes con "crayones". Si hay sillitas altas a la vista, folletos de actividades infantiles y crayones cuando entro, ya sé que estoy en un entorno familiar. Este es el tipo de lugares donde es más probable que reciba miradas de simpatía en vez de miradas fulminantes si mi pequeño se pone de mal humor.
Echa un vistazo a los cafés antes de estacionar la carriola. Algunos cafés locales dan la bienvenida a las reuniones de mamis. Otros están llenos de personas profesionales trabajando en sus laptops mientras beben de sus tazas. Reviso las vibras con anticipación para sentirme cómoda con mis pequeños.
Ver películas en casa. Honestamente no me gusta llevar a los niños menores de tres o cuatro años al cine para nada, pero algunos padres no quieren renunciar a sus visitas a la pantalla grande. Si tienes un niño bueno para las siestas que de hecho te dejará en paz toda la película, elige los horarios temprano cuando la sala no está tan llena, o busca que exhiban algo para toda la familia. De otra manera, te garantizo que terminarás perdiendo mitad de la trama y, por si fuera poco, molestarás a los demás.
Anticipa las cosas. Cuando me invitan a la casa de otras personas o a una fiesta—especialmente si no tienen niños—siempre pregunto con anticipación si los niños están invitados. Trato de preguntar de forma que no los haga sentir incómodos; simplemente digo que necesito saber con anticipación para hacer planes con la niñera.
Es difícil perderte de las cosas que solías disfrutar antes de tener hijos, así que intenta estas modificaciones y recuerda, son temporales y hay muchas cosas nuevas que puedes disfrutar cuando ves al mundo con un nuevo enfoque, a través de los ojos de un niño.
Dawn Papandrea es una escritora independiente que se especializa en la crianza de los hijos, el estilo de vida de la mujer y las finanzas personales. Su trabajo ha aparecido en las revistas Family Circle, Parents, WomansDay.com y más. Vive en Staten Island, Nueva York con su esposo, sus dos hijos y una sala llena de juguetes.