Es posible que tu hijo de ocho meses disfrute cogiendo cosas, pasándose juguetes de una mano a la otra y empezando a asociar palabras con objetos.
Es posible que gatee en ambos sentidos.
Entiende que algunas acciones tienen una consecuencia.
Comienza a comprender que los objetos no desaparecen cuando están escondidos.
Recuerda acontecimientos recientes.
Su motricidad fina ha mejorado, lo que le permite coger objetos pequeños.
Empieza a articular sonidos, comenzando por las vocales.