Ahora, las pautas de sueño y alimentación deberían empezar a ser más predecibles. Es posible que observes que tu hijo de tres meses encuentra nuevas formas de comunicarse contigo y descubre el mundo que le rodea... ¡tocando y cogiendo todo lo que tiene a su alcance!
Reconoce a sus padres y se interesa por otras caras.
Se da cuenta de que algo le resulta familiar.
Cuando está tumbado boca abajo, puede apoyarse en los codos y levantar el pecho.
Gira la cabeza hacia los sonidos y te mira cuando le hablas.
Al ponerle un juguete en la mano, puede sujetarlo y agitarlo.
Puede golpear un objeto, pero no puede cogerlo.