Se mueve, sabe andar hacia delante, hacia los lados y hacia atrás, y corre.
Su vocabulario no para de aumentar y ya dispone de entre cincuenta y doscientas palabras.
Es capaz de expresar varios estados de ánimo, desde la alegría a la frustración o los celos.
Puede encajar formas y lanzar pelotas.
Sabe seguir instrucciones básicas.
Puede montarse en un correpasillos.
Ha aprendido a apilar bloques para hacer construcciones.